miércoles, 15 de agosto de 2012

Ángela Lago: La promoción de la lectura


2002 Cerlac

Me gustaría abordar los siguientes temas:
La imagen como un primer signo;
la expresividad de algunas imágenes y su capacidad de narrar historias;
la conjugación de los dos lenguajes: imagen y texto.
Me gustaría también hacer una rápida comparación entre el libro y la narración en los nuevos medios.
Me voy a permitir ejemplificar con mi propio trabajo. Así al menos evitaré un equívoco: el de interpretar erróneamente la intención del autor.
La cuestión propuesta en este seminario es el de formar lectores comenzando el contacto con el libro lo más temprano posible. No hablaremos ni de las narraciones orales, ni de las narraciones leídas por los adultos a los niños, aunque éstas sean, a mi modo de ver, la dos formas ideales de hacer que los niños se interesen por la literatura. Comenzaremos nuestra charla con la imagen como primer texto.
El niño pequeño al hojear sus primeros libros aprende a reconocer signos. El mundo puede ser representado y leído, es lo que él descubre cuando nombra casa pelota, elefante. No importa si el libro fue hecho o no con esa intención. Él se apodera del papel impreso y lee con este enorme placer que nosotros, humanos, sentimos cada momento en que comprendemos y experimentamos algo nuevo.
El niño será capaz de reconocer, posteriormente, una secuencia de imágenes y comprender la estructura del libro, este objeto, el códice, que en el último milenio fue la propia estructura de la lectura. El niño aprenderá que el desarollo de una historia se realiza al pasar las hojas y leerá las imágenes en sentido alfabético, mucho antes de conocer el ABC.
A pesar de que el niño no tiene conciencia de eso, y muchas veces los adultos tampoco, él comprenderá que, cuando su personaje camina conforme la lectura alfabética, él estará yendo hacia adelante; sin embargo, si contraría la lectura habitual y va hacia la izquierda, estará volviendo hacia atrás. En este momento nuestro lector ya está obviamente listo para seguir una trama lineal. Por cierto, ir y volver es la trama de muchos libros de imágenes, incluso el mas conocido de ellos, Where the wild things are.
El segundo punto que me gustaría abordar es el de la expresividad. Está claro que la secuencia de imágenes a través de las páginas tendrá contenido expresivo en la medida en que las imágenes sean capaces de narrar una historia, de ser leídas como un cuento.
Nadie mejor que el propio niño para enseñarnos como hacer eso. Un hecho curioso es que los primeros ilustradores, cuando el libro manuscrito todavía suponía un público poco letrado, también hacían eso muy bien, usando recursos bastante similares a los de los niños.
Para los iluministas, así como para los niños, la perspectiva todavía no obedece las leyes rígidas del renacimiento y de la perspectiva fotográfica. Ella puede ser usada para cosas más importantes que intentar reproducir el mundo como él parece ser si lo vemos a través de un marco de cuadro o de lente limitando la mirada.
Aceptemos la visión desencuadrada de los niños, de los iluministas medievales y de tantos artistas de finales del siglo XIX hasta el presente siglo XXI, como una posibilidad interesante de representación del mundo para la narración por imágenes. Llamaremos a ésta visión, perspectiva afectiva, ya que ella trata la cuestión de las proporciones afectivamente. Y veamos a través de dibujos infantiles cómo ella nos ayuda a contar una historia. Sabremos rápidamente por el tamaño, por ejemplo, quien es la figura dominante si le pedimos a un niño un dibujo de su familia. En Lowenfeld-Brittain* encontraremos otros ejemplos magníficos de la capacidad narrativa de los dibujos de niños. Un dibujo donde vemos la montaña y la mina dentro de la montaña, nos enseña que podremos ver simultáneamente, con una mirada de rayos X, lo que pasa dentro y fuera.
Otro dibujo nos muestra como es fácil saber lo que tenemos encima de la mesa, o el trayecto que el barco realizó durante el picnic en la isla, pues rebatimos la perspectiva de acuerdo con nuestra necesidad. Y podemos también resolver, de una manera simple y eficiente, la cuestión de un dibujo con doble sentido, dibujando de cabeza para abajo los dos amigos que se saludan, de cada lado de la calle.      Veamos esa misma pespectiva en un libro mío, que puede ser leído a partir de cualquiera de las dos tapas.

El uso del color puede también favorecer la expresividad, si no nos preocupamos con su "realidad". En esta ilustración más reciente no me importó la veracidad del color del gato, y sí su contraste con el rojo. Quería resaltar la curiosidad del gato. Un tono más frío y, por tanto, reflexivo, nos ayuda en la pregunta: ¿El gato piensa? en otra pagina, o el contraste de las tonalidades acentúa el calor del color naranja y la pereza del bicho. Sabemos que los colores tienen una temperatura que va del azul violeta al rojo. En este libro exploro la relación de éstas temperaturas con el azul turquesa fluorescente de la mirada del gato.

Los colores pueden también funcionar como un signo. Veamos un ejemplo bien obvio. En el libro sobre un pequeño vendedor junto a un semáforo, me apropié del significado de los colores en el tránsito. Los colores verde, amarillo y rojo serán repetidos a través de las páginas y también en los objetos o frutas dentro de la caja del niño. Dentro del código conocido ellos dicen: pare, mire, antes de seguir.

En este libro traté también de aprovechar que en el medio impreso tenemos un cambio del ángulo de lectura con el pasar de las páginas . Y uso eso para acentuar el movimiento, colocando rodilla y codo en el doblez de la hoja, o todo el niño apretado ahí, para acentuar el significado de la composición de este dibujo.

Puedo inclusive, rebatir la perspectiva, acentuando la separación de los personajes. Al pasar la hoja, comprenderemos que se trata de la puerta del coche y que el niño mira por la ventana.

Ahora bien, volvamos a mis otros maestros predilectos, los iluministas, para abordar el tercer aspecto que nos interesa en esta charla: la conjugación texto e imagen. En la Biblia Pauperum tenemos el uso del globo que hoy asociamos a los comics. La economía del lenguaje que los globos, y otras formas de conjugación de texto e imagen, facilitan y agilizan la lectura, si estamos considerando poblaciones poco letradas. La transformación del texto en imagen y viceversa tiene también un poder de comunicación que parece haber sido bien comprendida en la edad media. Un ejemplo encontrado en los manuscritos: un texto escrito con la forma de la cruz.
Me gustaria destacar una posibilidad que les agrada a los pequeños lectores: los libros escritos como "carta enigmatica". Estos libros parecen favorecer la reteción del contenido de la lectura. Mi hipótesis es que los lectores iniciales por la dificultad de deletrear de a poco el texto muchas veces no consiguen recordar lo que leyeron al llegar al final de cada página, En estos libros los dibujos ayudarián a recomponer la lectura. En esa página Su Alteza la Divina, haciendo tres con los dedos, nos recordara que es preciso acertar tres adivinanzas. Y los ahorcados, rey, soldado, capitan, truhán, que los primeros pretendientes no tuvieron éxito.

Una segunda hipótesis: como la lectura funciona como un juego, es necesario un esfuerzo para darle un sentido a la frase. Este esfuerzo sería también un factor que ayudaría en la retención del contenido.
En este libro "Una novela casi completa", le propongo al lector que me ayude a terminar los personajes de los cuales solo tenemos los contornos. No se trata de colorear: faltan ojos, boca, ropas, cosas muy importantes en ésta historia teatral, novelesca.

Esa conjugación del texto y la imagen se hace también de maneras más sutiles. El libro "A banguelinha" fue dibujado por un personaje. Podemos ver el trazo del viejo. Les aseguro que éste trazo no es mío. Y podemos ver que el libro fue escrito con letra de su antigua máquina de escribir. Esa coherencia en la vejez, ayudará al lector a comprender y ser compasivo con las vacilaciones del texto que deja algunas dudas en cuanto a la existencia y el sexo de los ángeles. Por lo menos así lo espero. Convengamos, el ilustrador-narrador omnisciente no siempre es el narrador más expresivo.
Aquí quien cuenta las historias de espanto soy yo misma. Pero las cuento como las oí de niña. Y como niña, dibujo. Ahora el temblor del trazo es debido al pavor que las historias me provocan.

Me gustaría, por último, comparar un ABC en forma de libro y mi ABC para internet. Ustedes tendrán derecho a queja, pues mi compromiso era el de hablar sobre cuentos e imágenes. Tal vez hasta parezca una provocación. Es que a nosotros, los que escribimos y dibujamos para los niños, se nos recomendó insistentemente no enseñar nada en nuestras historias, durante los últimos 30 o 40 años. Intentaron de todas las formas posibles convencernos que era posible contar una historia sin ninguna ideología. Literatura debía ser sólo placer. Es verdad. Conocer un nuevo personaje es placer pero al mismo tiempo es conocer, saber.
Vamos pues a considerar la posibilidad del ABC ser un primer cuento que le ofrecemos a un niño. Un cuento de misterio escrito en código para ser descifrado. Es cierto que su trama es un tanto fragmentada, pero, al final, eso no está en desacuerdo con la literatura del siglo XXI.
La verdad debo confesar que coloqué el título antes de preparar la ponencia y ahora estoy en apuros. Pero si una de las funciones de la literatura es la de abrir puertas y ventanas y ampliar nuestra pequeña visión en nuestra rápida pasada por el mundo, esforcémonos un poco y aceptemos el ABC como primer cuento. Un cuento que una vez descifrado nos promete la llave para descifrar un mundo.

En mi ABC tenemos una adivina para cada letra. La respuesta se esconde dentro de la hoja doblada. (Diapositivas 32/33/34/35) Veamos ahora en internet como el juego funciona. No tiene sentido copiar el libro en esta nuevo medio. Es necesario reinventar prácticamente todo. No hay páginas que pasamos y abrimos. Las posibilidades, la estructura es otra.
Veamos también en Internet mi recuento de la Historia para acostarse más temprano. Es una lectura dramatizada de la forma más simple y lineal de cuento. "El niño vio a la mujer que bostezaba y bostezó también. La niña vio al niño y a la mujer que bostezaba y bostezó también. El perro vio a la niña, y al niño y a la mujer que...". Pero, esperen, todo salió fuera de lugar y nuestro lector tendrá que resolver la cuestión para que ellos puedan dormirse más temprano como manda el texto.
Ciertamente la posibilidad pedagógica queda más acentuada en estos trabajos para Internet donde el juego se puede prolongar en experimentaciones y tentativas de aciertos y errores. La posibilidad de asociar los dos medios para regalar a nuestros niños el placer de poder leer bien pronto me viene interesando cada vez más. Pero en los nuevos medios los cuentos se van a transformar en una otra cosa que todavía estamos experimentando. Y los libros, con sus características y posibilidades propias, así espero, permanecerán como fueran criado en el inicio del ultimo milenio. Ó sea, perfectos.


*V. Lowenfeld-WL.Brittain, Desenvolvimento da Capacidade Criadora, Editora Mestre Jou, São Paulo 1970. Figuras 86, 82, 83, 80.
**http://www.angela-lago.com.br/ABCD.html

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